INTRODUCCION
Desde siempre nuestras iglesias han venido trabajando a favor de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Nadie puede negar la buena disposición con que se lleva a cabo este ministerio con los NNA. Sin embargo, también vemos con preocupación que se sigue trabajando bajo la percepción adulto céntrica y que muchas veces no permite que estos NNA puedan expresarse con libertad; o si lo hacen, no les escuchamos.
Contamos con normas legales que han logrado avances significativos, al considerar a los NNA ciudadanos sujetos plenos de derecho. Por ejemplo, uno de sus paradigmas es el de la protección integral de la infancia. Que no es otro cosa que crear condiciones propicias para el pleno desarrollo en la parte orgánica, en la nutrición afectiva, así como la nutrición cognitiva (aprender a pensar, aprender a interactuar, aprender a desarrollar conciencia crítica, etc.)[1]. Condiciones estas que le permitirían a nuestros NNA poder tener una participación protagónica. Sin embargo, nuestro accionar eclesial está muy lejos de esta práctica (Segura, 2006)[2].
Con esta preocupación les invito a leer el pasaje de primera de Samuel a fin de encontrar algunas pistas de cómo Dios espera que nos relacionemos con nuestros NNA en esa búsqueda de construir condiciones para su desarrollo integral.
CONTEXTO DEL TEXTO
Nuestra narración se ubica en la primera parte del SXI ac. Nos encontramos en el tiempo de los jueces. El pueblo suele concurrir desde tierras lejanas al Santuario de Siló para adorar a Dios y presentar ofrendas en su honor. Uno de los que va a ofrendar es el levita Elcana junto con sus esposas Ana y Penina. Todos ellos viven en el monte Efraín y son descendientes de la Tribu de Efraín. Los 3 primeros capítulos de 1Samuel nos va a ubicar en este Santuario. Es en este lugar donde Samuel es llevado desde muy tierna edad (3 años) y presentado al sacerdote Elí, quien lo recibe en su casa y lo cria (1S1y2).
El texto nos va a decir que hay escasez de visión profética. La historia bíblica registra sólo dos profetas en este tiempo (Jue 4:4; Jue 6:8). Se puede decir que para este tiempo no hay ningún profeta, públicamente reconocido, que haga conocer la voluntad de Dios al pueblo. Se sabe que la ausencia de profetas es para Israel una señal de reprobación divina (Amos 8:11-12; Sal 74:9; Eze 7:26; Lam2:9). En suma, el pueblo anda sin rumbo (3:1b).
ANALISIS DEL TEXTO
Nuestro pasaje nos muestra al joven Samuel (quien tiene cerca de los 12 años), como el asistente inmediato del sacerdote Elí, quien está casi ciego. Su función es la de servir, atender y realizar los quehaceres del santuario, bajo la dirección de Elí (3:1a)
La narrativa nos ubica en la madrugada de un día en la que Elí está descansando en su cuarto y Samuel descansa en el templo. Dios llama 3 veces a Samuel y en las 3 ocasiones Samuel entiende que es el sacerdote Elí quien le llama. El vs. 7 indica claramente lo que está pasando: “Samuel no conoce a Dios de manera directa y personal”, por lo tanto no sabe reconocer su voz, mucho menos cómo relacionarse con Dios. Definitivamente Elí no tiene el don de discernimiento, ya que tuvo que pasar 3 momentos antes de darse cuenta que es Dios quién llama a Samuel. Pero una vez que lo entiende se toma tiempo para enseñar a Samuel cómo debe relacionarse directamente con Dios (vs. 3:9).
Con las indicaciones recibidas Samuel se vuelve a acostar, pero esta vez en su cuarto. Allí va a buscarle Dios, se detiene y le vuelve a llamar por su nombre. Samuel contesta y se pone a su disposición, tal como Elí le ha enseñado; es decir, en calidad de siervo (3:10). Lo que Dios le dice a Samuel es algo terrible, tanto que hará doler los oídos de los que escuchan (vs 11). Elí, el hombre que crió a Samuel desde muy pequeño, así como su familia, ha sido juzgado y condenado por Dios. Ningún sacrificio podrá librarles de esta sentencia (3:12-14). La reacción de Samuel ante semejante mensaje dice mucho de su sentir. El texto nos refiere que Samuel tiene miedo, no se atreve, a hablar con Elí sobre lo conversado con Dios; así que decide dedicarse a sus tareas habituales (3:15). Definitivamente la información recibida sobre lo que le pasará a Elí y a su familia, lo ha impactado tan fuerte, que prefiere ocuparse en otras tareas.
Según el pasaje Elí, que sí conoce del actuar de Dios, es el que va en busca de Samuel y le pregunta sobre la conversación. Elí le recuerda a Samuel quién es el Dios con quien habló (en este punto es importante resaltar que en el vs. 17, se utiliza la palabra “Elohim” para referirse a Dios, mientras que en el resto del pasaje se ha venido utilizando la palabra “Yavhé”. Suponemos que el autor quiere mostrarnos lo importante que es para Elí enfatizar en la fuerza y el poder de Dios). Es necesario indicar también que Elí ni obliga, ni presiona; sino, dice el texto que Elí “ruega” a Samuel para que entregue el mensaje completo y claro; tal vez porque Elí sabe que de no hacerlo así puede repercutir en el joven toda la profecía nefasta.
Es importante señalar que esta situación le permite a Elí cumplir con dos tareas que según la tradición son responsabilidad de los adultos que están criando niños y que no había hecho hasta ahora: 1) Hablarle de Dios y 2) Darle un oficio. Así que, al poner énfasis en quién es Dios, Elí logra que Samuel conozca perfectamente cómo debe entender su relación con Dios. Al mismo tiempo que le enseña a Samuel la forma en que debe llevar a cabo la tarea que Dios le encomiende como profeta. Pero además, al no reaccionar mal ante lo que el joven le menciona, aun cuando confirma el terrible futuro que le depara; además que, es probable que esté frente a la persona que lo va a reemplazar (vs. 2:35-36); y por el contrario, asumir para sí esta terrible noticia sin ensañarse sobre el niño (vs.18), Elí abre un espacio de confianza para que el joven se exprese toda su angustia. A mi entender, esta reacción positiva de Elí a la información recibida por Samuel, es lo que va a promover el futuro protagonismo del joven. Por cuanto se apertura un espacio donde Samuel sabe que puede expresarse con libertad y en confianza.
El pasaje termina contándonos que Samuel sigue creciendo con Dios presente en su vida de manera permanente. Su protagonismo se va perfilando cada día; y además, que el pueblo es testigo de este proceso.
IDEAS CONCLUSIVAS
Según el diccionario, protagonista es “la persona que desempeña el papel principal en una obra, un hecho o un acontecimiento”. A mi entender, para que una persona pueda tener un papel importante en algún acontecimiento, debe conocer todos los detalles sobre el tema que se está tratando, a fin de poder construir una opinión o decidir su nivel de participación; para ello hay que abrir espacios de comunicación. Cómo adultos, en algún momento hemos creído que en nuestra relación con los NNA, estamos llamados a resolverles las cosas más difíciles, porque suponemos que los NNA no entienden lo que pasa y claro, casi nunca les dejamos hablar. Craso error, nuestros NNA no sólo entienden lo que ocurre a su alrededor, sino que, muchas veces tienen mejores formas de enfrentar las situaciones difíciles. La pregunta es: ¿Les escuchamos? ¿Les abrimos un espacio de confianza donde ellos y ellas puedan expresarse?
[1] DE AGULO, JOSE MIGUEL y otros. Construyendo familias del Reino a través de la infancia temprana. MAP INTERNACIONAL/Centro una Brisa de Esperanza. Pp.25-38. Lima, junio 2013.
[2] “Hoy suele suceder que, cuando se piensa en los más pequeños, se privilegia las acciones evangelizadoras (en su sentido proselitista) sobre las diaconales, se presta más atención a la enseñanza doctrinal (en su sentido dogmático) que a la formación integral; se defienden sus valores religiosos (en su sentido moralista) pero se descuidan sus derechos humanos básicos; se acentúa la instrucción para su comportamiento eclesial (en su sentido confesional), pero se desvirtúa la formación para su participación social”. SEGURA, Harold. Un niño los pastoreará. Mundo Hispano. Pp. 22 Mundo Hispano. Colombia 2006.
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